viernes, 23 de diciembre de 2011

Garganta y ascensores de palabras que no olvidan absolutamente nada. Cansado de redefinirme en lecturas de mí para mí y en vista que el verano me asfixiaba, apareciste.
Estoy enfermo de afonía, estoy enfermo del perfume que me llevo puesto, de tu nombre en la semana de los nombres, la semana de navidad en la que estoy inspirado y te ornamento. Te voy a hacer llover una plaga de flores, extintas, atípicas y sexuales. Te estoy esperando para hacerte reconsiderar algo de alas, canciones y madera. Quiero tres veces que me veas y sudes sobre la manta que nos cubre tanto que nos despliega. La ropa colgada, albina, te miraba la cara y se volvía en colores. A través de las intenciones que digo y las que escondo pretendo establecerme en tu velocidad como algo simple.

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