viernes, 23 de septiembre de 2011



El idioma inerte y apático es idioma desafectado,
desprovisto de uso poético, carente de columna,
de criterio abierto a la transcisión con lo diario,
a lo vertebral, nervioso.

El movimiento del impulso a la vida.

Se coronó el techo de tallos rojos, se sucedieron laberínticas
las horas; en el cuarto las canciones respetaron el sentido de la espera,
cambió la forma del llanto: fue representado como el tiempo ido.

Pretérito e infinitivo, pactaron juntos el día siguiente,
intermitente todavía.

Soy un cúmulo de circunstancias, un cúmulo de incidencias variables,
soy una la imaginación a punto de quedarse dormida.

domingo, 18 de septiembre de 2011



15 LOS HEROES CORAL

El lugar de la indeterminación o la vuelta al principio del relato
o el recorrido terminado o los años.

Todo lo vivido, escondido, perdido, reencontrado, olvidado.
Todo lo olvidado se recupera de a poco, de a pulsiones breves y concretas.
Todo lo escondido, lo perdido, se pierde solo, se desusa.
Creer que no necesitamos más tener los pies y el cuerpo chiquitos.
La cabeza sin pelos y las uñas cortitas.

Tucanes, guacamayos, locos; amigos plumíferos.

Amores plumíferos de corto vuelo, de vuelvo prolongado,
de vuelo tormentoso, múltiples tormentas.


Al escribir mis heroes se visten de coral y deshabitan sus cuartos,
soy presa del lenguaje en las noches de Buenos Aires,
ciudad condimentada de todo: Lo vivido, escondido, perdido, reencontrado, olvidado. Cuerpos chiquitos, canciones, equipajes. Los viajes que nunca terminan de volver, los viajes que se quedan ahí. Viajes en los que primero llegan las valijas, después las ropas puestas y después la cabeza, finalmente la cabeza.


Enmudecí con desenfado frente a estos círculos enormes
de memoria y de ansiedad.

Cantidad incontable de arritmias y lecturas precedieron este verso.
Me disolví furtivamente y me regalé algo, algo que me permite regalarles algo, algo que les llega en algún momento de la vida y les deja regalar algo o casi nunca llega o si llega, no lo vieron pasar, o lo dejaron pasar, hasta que otro lo agarró y me llevó devuelta a aquel lugar vivido, escondido, perdido, reecontrado y olvidado.


Lugar de la indeterminación o la vuelta al principio del relato
o el recorrido terminado o los años.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

NOMBRES

Se me ha pegado el olvido en los omóplatos e hizo fuerza.
Se me ha pegado la fuerza del olvido sobre
rostros, calles y edades.

La mujer de los márgenes oscuros me durmió con su sonido de roca
con roca, de ola con roca. Me he marchado por el muelle para dejarme pescar.
Tuve temor de la espuma, tuve un sopor insoportable y casi me ahogo.
No quería más sustituciones, quería renovaciones pero no paraba de correr.
Ya cayeron los últimos marineros en el agua; y solo, nadando
tengo días por vivir en un salón lleno de peces que aplauden mi carencia en el acuario.

Estoy enfermo de gotas convervadas en la boca,
de escaleras escritas, de tu nombre en la semana de los nombres.





Una hazaña, una suerte, el poema.

martes, 13 de septiembre de 2011

Una noche de septiembre, hoy, otra noche de otro año de septiembre trepé como una enredadera enferma a tu ventana, trepé silencioso por la pared. Te espío, no te cazo. Fascinación de verte, agónico de verte allí, tras la ventana.

Descubro
el continente, lo devoro a toneladas. Extraño viajar hasta tu casa, extraño al que te supo dejar cansada y sonriente sobre la arena. Sobre la mesa y la cama, libros y papeles. Tenías una escalera que subí hambriento.


Problematizar lo melancólico.


Todas las calles son un festival de miradas cruzadas, encontradas, diferenciales, dispuestas, sutiles, abiertas. El hallazgo del amor, de la despedida. Veo soledades máximas representando la necesidad. El lenguaje, las palabras desoídas, el caminar metódico, el contacto, la propia ciudad que exhala y opina:


"interferencias, despistes, extrañeza, las veredas que soy,
sentirme viva, habitar diferente".


Anticuario, recuerdo, época. Estilo, estímulo, estío, amigo. La obsesión, la vida, sucesos, palabras, poema. El poema resultado de vida, de sueños y edades. Poema en la búsqueda, poema en el respiro, poema en el vino, poema en el propio poema. Poema de búsqueda visceral, incendiara.

Transpiro y me siento al borde, extraño lo que no construyo, no sé qué podría haber escrito pero si no lo hago lo extraño.

martes, 6 de septiembre de 2011

PARÍS 2013

Descubrimiento de los los pies, descubrimiento de la lluvia,
infancia y más lluvia y tanta lluvia que espesó la arena de la playa,
inmovilizado de ojos abiertos más bien llorando de ojos abiertos llorosos.
La costa de todos colores y una mujer que me habla
desde páginas amarillas, mujer misteriosa al final de la novela.

La novela no termina, o sí termina y no me brinda demasiada
información y parece otra historia y no sé dónde buscar un final,
no sé dónde viven esos finales que leo en hojas blancas.
Las que leo después de llenarlas, después de tomar agua y
después de volver a llenar otra y lanzarme a las repeticiones de un soñador.

La esperanza es la construcción de lo no real me repetía
y pude discutirle desde el rincón que me encontraba que no era así,
que la esperanza es en todo momento una prestidigitación necesaria,
motivo movilizador, una sintaxis abierta a ser terminada.

Prólogo del momento que el viaje se convirtió en todo borroso
y atenuante de ideas mordidas, prólogo del crecimiento.
Vuelco un juego de pasiones terribles y escondites terribles.
Vuelve a ser Septiembre y vuelve a ser Diciembre y llega el quince
y me levanto y tomo leche y escribo y vuelve a ser treinta y uno
y brindo y me emborracho y escribo y miro al cielo como cuando niño
miraba al cielo.

Ojos de niño escondido entre las luces del treinta y uno.

domingo, 4 de septiembre de 2011



BAIRES

Día cuatro de Septimbre: cansancio crónico, anuncio conocido
dispuesto sobre los días geograficamente cerca de mis lugares poblados.
Amanezco sombrío y con el hambre que me sujeta antes de escribir,
restos de tela cortada de plagas de hojas de trazo de lápiz.

Esta situación es terrible.

Disfruto del vino que tomo, de este transcurrir de todo dormir,
de este silencio de mar, de este poder respirar y no sentirme agobiado.
Respiro un aire huracanado, danza de los techos y ventanas
de Buenos Aires.

jueves, 1 de septiembre de 2011



Fertilización del cuerpo tuyo, epicentro de mis pérdidas.
Coronación del techo por tallos rojos enormes.
Yendome a ocupar espacios.
Hay una fatalidad en contentarse con lo cómodo.

Cuatro de la mañana y palabras que transmiten más
por lo extrañas que por lo intrínsecas.