miércoles, 29 de febrero de 2012

CANTÁBAMOS CANCIONES

¡Perro! ¡Danza! ¡Ladra! ¡Rabia!.
Perro danza ladra la rabia, ¿Qué estoy diciendo? ¿Cómo pienso lo que escribo? ¡Atraquemos este barco en búsqueda de aquel dorado verso aliterado! ¿Pero la aliteración me es desconocida o me espera? ¿O soy yo el que espera y desconoce con velas en las manos?
La marea a través del mundo corporal es tranquila, sonámbula, enérgica, fantasmal, fría, insomne, alegórica, sucia, alfabética, corpórea. Alfabeto.
Arremolinando sobre mí se aproximó la escritura vuelo del cuerpo (innomenclaturada) trastornando en trote de toro en vuelo de cuervo erguida mirándome las piernas brotadas con hierbas que nacen queriéndome hundir. Oraciones largas, abrasivas, excesivas (exacerbación en materia verbal) desmitificando figuras en torno al rojo en esta playa.
Estoy eléctrico, elíptico, elucubrando mis propias discapacidades que chocan con ruido de metal contra piedras. La voz sale de algún anticuario centellante como un fuego artificial.
¡Y yo que me olvidaba de la vastedad! Siempre se me olvida la vastedad de lo ajeno.
Me fusilaron por no saber hablar de lo que me absorbe ¡Qué injusticia!: me estoy mojando ¡Qué angustia! ¡La ropa es nueva! La ropa está seca como un enunciado razonable. Novedad como el paño de un enfermo.
-Le tengo temor a la fiebre.
-Yo personalmente sólo le temo al agua.
Subí al tejado y a encender ciertas luces viejas como catedrales, como lamentos de almanaque. ¿Cómo encender luces en un tejado? ¿Cómo no creerme en un almanaque?
Análogamente el crecimiento tiene la veta de devolverle a cada musa: lo estrictamente necesario, lo enseñado puntualmente, lo aprendido y reinterpretado. Agradecimiento por años de arte.
La madre da a su niño la leche que arrecia desde siempre (dès toujours). Y del temor a caerse se cayó, ese bebé y esa caída, ese caerse en esa arena de noche hicieron que beba de un mejor vino. También caí, junto a todo el pluralismo de las acciones y decisiones ¡Nada es tan fácil! La pasión del idioma desconocido y develarle a esa mujer la mitad de sus misterios.
¡De la otra mitad no reconozco más que un elemento! Problemas de noche celeste.

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