Los órganos de la noche llenan la taza de líquido.
Degusta mi lengua; expansión de amigdalas
errantes,
enormes,
afónicas,
abiertas.
Letra, la noche nombre.
Palabra, protección, yo.
Vegetar la lectura humana.
Llamados raquíticos por teléfono.
Voces largas, bajo aguas,
son la invocación perfecta a la melancolía.
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