lunes, 20 de septiembre de 2010




Los órganos de la noche llenan la taza de líquido.

Degusta mi lengua; expansión de amigdalas

errantes,
enormes,
afónicas,
abiertas.

Letra, la noche nombre.
Palabra, protección, yo.


Vegetar la lectura humana.


Llamados raquíticos por teléfono.
Voces largas, bajo aguas,

son la invocación perfecta a la melancolía.

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