lunes, 11 de octubre de 2010

i

Hilos entre una pared y una carta,

tan tensos y ligados que nacen notas musicales
si se los toca.

Suenan mucho a guitarras melancólicas, pero no lo son. Esto importa porque son 'esas' y no 'otras'
notas.

Y es por estar unidas a paredes y cartas generan cierta combinación sonora

entre mi sólida recta y tus manuscritas palabras.



ii

Todo esto el día que el griterío sea considerado música



iii

Lo único que me calma es mi gato,
cuando vuelve roto de peleas callejeras y

se acomoda entre mis piernas y somos la cura

a ojo cerrado.

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