LA HORA DE LAS VISITAS
el amor es un ventanal abierto
arropado en un sillón
en una habitación blanca
con unos pocos inútiles objetos
niños brillantes
y no necesito nada más
martes, 29 de marzo de 2011
miércoles, 23 de marzo de 2011
Pensamiento en procura de la madrugada
Me mantengo despierto para que las personas
que en este momento duerman, lo hagan por ellos y por mi.
Es un favor necesario porque mañana voy a tener
grandes dolores de cabeza; entonces lo pido: duerman
por mi.
Hoy llega el otoño y me acuerdo que en la llegada de mi
otoño pasado escribí en mi libreta esto:
Pequeño homenaje al Otoññño
11. La estación de los árboles es el otoño. No por nada se desnudan dejando entre rama y rama un espacio no gradual; mostrándose total y sin frío, sin impermeable. Vigor sienten, amor cuando los tallan con filos, no les duele porque son testigos de momentos, de reinos vitáles en su madera, dos iniciales o cualquier cosa. Son un pedacito, un poquito mi casa pero me asusta perderme mirándolos tan fijamente. No saber que hacer, no saber que decir. Porque seguro voy a estar sólo cuando eso me pase; los voy a abrazar y besar uno por uno pero no hablan, no se hablar con los árboles. Sin embargo me acuesto a su lado y les leo un poco las cosas que escribo. Con la espalda apretada contra la corteza, cortándome la piel creo; los aburro pero cuando me doy cuenta estoy tapado por hojas marrones y no me puedo mover.
Se me cae la cabeza y veo todo de un ángulo diferente.
No sé por qué el número 11, tal vez hayan sido ciertos
textos que escribí bajo ciertas formas de escribir que me impuse
o serán una serie de textos que los atravezaba la misma
intención, tono, acción, no me importa.
Espero que el frío vuelva, el frío el frío, me gusta abrigarme
y salir pesado a la calle y que alguien (si es que llueve)
me comparta de vereda a vereda su paraguas. Aunque
este año me voy a comprar uno (los que usé eran prestados
y los rompí a todos, una vez uno se me voló y casi
cometo un accidente, no es original mi anecdota pero como sólo me pasó una vez
la cuento como algo gracioso), son casi las tres, pronto las cuatro,
cuando me quiero acordar ya está el sol, siempre
me olvido de subir a algún techo para ver el amanecer.
Me mantengo despierto para que las personas
que en este momento duerman, lo hagan por ellos y por mi.
Es un favor necesario porque mañana voy a tener
grandes dolores de cabeza; entonces lo pido: duerman
por mi.
Hoy llega el otoño y me acuerdo que en la llegada de mi
otoño pasado escribí en mi libreta esto:
Pequeño homenaje al Otoññño
11. La estación de los árboles es el otoño. No por nada se desnudan dejando entre rama y rama un espacio no gradual; mostrándose total y sin frío, sin impermeable. Vigor sienten, amor cuando los tallan con filos, no les duele porque son testigos de momentos, de reinos vitáles en su madera, dos iniciales o cualquier cosa. Son un pedacito, un poquito mi casa pero me asusta perderme mirándolos tan fijamente. No saber que hacer, no saber que decir. Porque seguro voy a estar sólo cuando eso me pase; los voy a abrazar y besar uno por uno pero no hablan, no se hablar con los árboles. Sin embargo me acuesto a su lado y les leo un poco las cosas que escribo. Con la espalda apretada contra la corteza, cortándome la piel creo; los aburro pero cuando me doy cuenta estoy tapado por hojas marrones y no me puedo mover.
Se me cae la cabeza y veo todo de un ángulo diferente.
No sé por qué el número 11, tal vez hayan sido ciertos
textos que escribí bajo ciertas formas de escribir que me impuse
o serán una serie de textos que los atravezaba la misma
intención, tono, acción, no me importa.
Espero que el frío vuelva, el frío el frío, me gusta abrigarme
y salir pesado a la calle y que alguien (si es que llueve)
me comparta de vereda a vereda su paraguas. Aunque
este año me voy a comprar uno (los que usé eran prestados
y los rompí a todos, una vez uno se me voló y casi
cometo un accidente, no es original mi anecdota pero como sólo me pasó una vez
la cuento como algo gracioso), son casi las tres, pronto las cuatro,
cuando me quiero acordar ya está el sol, siempre
me olvido de subir a algún techo para ver el amanecer.
lunes, 21 de marzo de 2011
HOJA EN BLANCO
a mi amigo Juan
como la desorganización del mundo creó
el abrigo de lo sutil
lo dulce en epígrafes efímeros
la poesía
a mi madre
el niño botánica crecido creciendo paralizado
vuelto árbol vuelto arbusto vuelto pasto
en un ir solamente
unir solamente lo que pasa lo que me pasa
lo que siento lo que vibra las lecturas todas las músicas
las lecturas
todas las músicas
las lecturas
afianzarme afianzarse la confianza la dedicación
la concentración
un gran poema no concibe el desgarro sin el movimiento
un gran poema provoca el desgarro y el movimiento
la verdad es que quiero escribir hasta romperme
llegarme a mis límites reírme llorarme
generar de la risa y del llanto más
porque de mi cotidiano estar/ pensar no quiero hacer
un estar/ pensar
quiero hacer un crear una vestimenta una invitación
una cena un té helado o té hirviendo
no hay más tras los puntos suspensivos un punto medio
hay un caerse o un flotar
hay tanto porque la creación de una obra
se hace desde el abrir los ojos
hago cosas hago cosasme vuelvo a dormir
y hago cosas hago cosas
espero una bocanada
un temporal
un temperamento que me empuje
espero a la noche
espero sobre todo a la noche
porque en la noche me prendo como una araña
transparente y escribo sobretodo escribo
y pienso sobre todo pienso
quiero diez personas que gusten de este poema
quiero diez que me digan hagamos más
quiero diez quiero nueve
quiero once doce trece
quiero gente que me inspire
quiero algo hermoso
jueves, 17 de marzo de 2011
martes, 15 de marzo de 2011
*
Reconsiderar
en alas
madera
guitarra
el entreabrirse de lo nuevo
**
Yo jugaba a tener pensamientos importantes
***
La ropa colgada albina
me miraba la cara
me imitaba la cara
se me están quemando los colores
****
Verbo
*****
Y cuando digo que mi poesía es poco abarcativa
hablo de lo furtivo
hablo de cosas fragmentadas
hablo de poesía
6
esa noche caía desconsuelo en el techo
7
en la guarida como avispa por la noche
8
materia prima del frío:
ojos de ilusión rota
Reconsiderar
en alas
madera
guitarra
el entreabrirse de lo nuevo
**
Yo jugaba a tener pensamientos importantes
***
La ropa colgada albina
me miraba la cara
me imitaba la cara
se me están quemando los colores
****
Verbo
*****
Y cuando digo que mi poesía es poco abarcativa
hablo de lo furtivo
hablo de cosas fragmentadas
hablo de poesía
6
esa noche caía desconsuelo en el techo
7
en la guarida como avispa por la noche
8
materia prima del frío:
ojos de ilusión rota
domingo, 13 de marzo de 2011
jueves, 10 de marzo de 2011
sábado, 5 de marzo de 2011
miércoles, 2 de marzo de 2011
Fin Diario de viaje
Vuelvo a un Buenos Aires poco soportable. Extraño a mi gato, quiero que me duerma con ronroneo de canción. Los hábitos del gato, cuando yo me tuve que ganar su cariño, eran evadirme.
Vuelvo cansado y minúsculo, pensando en plantar un árbol que me recuerde siempre los bosques. Acá en el tren los que me rodean miran el lugar que ocupa mi mochila, algo de ellos me molesta. Alguien frente a mi lee "Las siete leyes espirituales del éxito" y me deprime TANTO. No entiendo.
Mi amigo Martuan definió al sur como:
'impotencia verde multiplicada en ascenso' y me parece brillante.
Martuan:
Demasiada parda la culebra que ladra. Molesta ensimis-
mada, en sí misma da. Por lo menos da, con vida, envi-
dia, pero la comparte, y eso, la convierte en un bicho
amigable.
Podemos apagar el cigarrillo pero nunca calmar el fuego
que lo enciende.
Montaña no es quietud, es árbol, árboles, arborescente.
Impotencia verde multiplicada en ascenso. La montaña,
la planta, el lago, no nos representan la naturaleza, nos la
presentan, nos la brindan.
La naturaleza no está 'allá' y es representada 'acá'. Platón
la pifió, Aristóteles más.
Hoy la naturaleza se presenta, o simplemente se da
en nosotros. También somos naturaleza. Espectamos
a la naturaleza siendo naturaleza pero rebota, pero es
espejo nato porque se mueve.
(todo crece, decrece y recrece)
Hasta la vista. Martuan 5-2-11
2:05 am
El Bolsón, Patagonia, Arg.
Ese es el texto de M.D y lo pienso perfecto para cerrar este diario y volverlo a abrir cuando esté amarillo.
PM
Vuelvo a un Buenos Aires poco soportable. Extraño a mi gato, quiero que me duerma con ronroneo de canción. Los hábitos del gato, cuando yo me tuve que ganar su cariño, eran evadirme.
Vuelvo cansado y minúsculo, pensando en plantar un árbol que me recuerde siempre los bosques. Acá en el tren los que me rodean miran el lugar que ocupa mi mochila, algo de ellos me molesta. Alguien frente a mi lee "Las siete leyes espirituales del éxito" y me deprime TANTO. No entiendo.
Mi amigo Martuan definió al sur como:
'impotencia verde multiplicada en ascenso' y me parece brillante.
Martuan:
Demasiada parda la culebra que ladra. Molesta ensimis-
mada, en sí misma da. Por lo menos da, con vida, envi-
dia, pero la comparte, y eso, la convierte en un bicho
amigable.
Podemos apagar el cigarrillo pero nunca calmar el fuego
que lo enciende.
Montaña no es quietud, es árbol, árboles, arborescente.
Impotencia verde multiplicada en ascenso. La montaña,
la planta, el lago, no nos representan la naturaleza, nos la
presentan, nos la brindan.
La naturaleza no está 'allá' y es representada 'acá'. Platón
la pifió, Aristóteles más.
Hoy la naturaleza se presenta, o simplemente se da
en nosotros. También somos naturaleza. Espectamos
a la naturaleza siendo naturaleza pero rebota, pero es
espejo nato porque se mueve.
(todo crece, decrece y recrece)
Hasta la vista. Martuan 5-2-11
2:05 am
El Bolsón, Patagonia, Arg.
Ese es el texto de M.D y lo pienso perfecto para cerrar este diario y volverlo a abrir cuando esté amarillo.
PM
martes, 1 de marzo de 2011
Diario de viaje xvii
Mi estómago cruje en un crujir divertido, estoy a gusto con el lugar de viajero, condición envolvente, apasionada y viciosa.
Los comienzos de año me son ajenos hasta adentrarme en ellos, hasta sentirme una uva en el vástago de días.
con los inviernos de junio (son todos los plurales)
Voy a romperme llorando viendo la patagonia encendida de lámparas que parecen fuegos de vela.
Más de 8 horas en la terminal.
Otra vez no puedo escribir horizontal.
YO HAGO MADRE
Mi estómago cruje en un crujir divertido, estoy a gusto con el lugar de viajero, condición envolvente, apasionada y viciosa.
Los comienzos de año me son ajenos hasta adentrarme en ellos, hasta sentirme una uva en el vástago de días.
con los inviernos de junio (son todos los plurales)
Voy a romperme llorando viendo la patagonia encendida de lámparas que parecen fuegos de vela.
Más de 8 horas en la terminal.
Otra vez no puedo escribir horizontal.
YO HAGO MADRE
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