domingo, 18 de septiembre de 2011



15 LOS HEROES CORAL

El lugar de la indeterminación o la vuelta al principio del relato
o el recorrido terminado o los años.

Todo lo vivido, escondido, perdido, reencontrado, olvidado.
Todo lo olvidado se recupera de a poco, de a pulsiones breves y concretas.
Todo lo escondido, lo perdido, se pierde solo, se desusa.
Creer que no necesitamos más tener los pies y el cuerpo chiquitos.
La cabeza sin pelos y las uñas cortitas.

Tucanes, guacamayos, locos; amigos plumíferos.

Amores plumíferos de corto vuelo, de vuelvo prolongado,
de vuelo tormentoso, múltiples tormentas.


Al escribir mis heroes se visten de coral y deshabitan sus cuartos,
soy presa del lenguaje en las noches de Buenos Aires,
ciudad condimentada de todo: Lo vivido, escondido, perdido, reencontrado, olvidado. Cuerpos chiquitos, canciones, equipajes. Los viajes que nunca terminan de volver, los viajes que se quedan ahí. Viajes en los que primero llegan las valijas, después las ropas puestas y después la cabeza, finalmente la cabeza.


Enmudecí con desenfado frente a estos círculos enormes
de memoria y de ansiedad.

Cantidad incontable de arritmias y lecturas precedieron este verso.
Me disolví furtivamente y me regalé algo, algo que me permite regalarles algo, algo que les llega en algún momento de la vida y les deja regalar algo o casi nunca llega o si llega, no lo vieron pasar, o lo dejaron pasar, hasta que otro lo agarró y me llevó devuelta a aquel lugar vivido, escondido, perdido, reecontrado y olvidado.


Lugar de la indeterminación o la vuelta al principio del relato
o el recorrido terminado o los años.

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