miércoles, 14 de septiembre de 2011

NOMBRES

Se me ha pegado el olvido en los omóplatos e hizo fuerza.
Se me ha pegado la fuerza del olvido sobre
rostros, calles y edades.

La mujer de los márgenes oscuros me durmió con su sonido de roca
con roca, de ola con roca. Me he marchado por el muelle para dejarme pescar.
Tuve temor de la espuma, tuve un sopor insoportable y casi me ahogo.
No quería más sustituciones, quería renovaciones pero no paraba de correr.
Ya cayeron los últimos marineros en el agua; y solo, nadando
tengo días por vivir en un salón lleno de peces que aplauden mi carencia en el acuario.

Estoy enfermo de gotas convervadas en la boca,
de escaleras escritas, de tu nombre en la semana de los nombres.





Una hazaña, una suerte, el poema.

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