sábado, 21 de agosto de 2010



La encantada por las velas duerme su dedo sobre la cera furia y no espera que me acueste a su lado.

Desarma la cama, capa por capa; me habla con voces que reclaman.

Autores obseden su cabeza.
Se va poniendo presa y le da un poco de asco

Apresada, asquerosa

Tiene un catálogo de valores insondables que deforman al Ciervo dorado y pregunta:

¿Quién te besa mientras duermes?

Me asusto por estar tan solo, sin embargo me prefieres. Admiras, admites la calidad del esfuerzo portado en cada palabra.

Remueves mi deambulador maullido escrito en agendas robadas; es nuestra naturaleza. En nuestra naturaleza independiente pensamos en una mutua.

La llegada de las ideas te escuché decir.
Y te escribo en la espalda

escribo abrasivo

escribo principio

Me corre un viento huracanado, me aflora un espíritu otoñado.

Dedicado
a la bailarina en la incertidumbre.

1 comentario:

durmieron