martes, 11 de mayo de 2010

Algo mareado me dejo atravezar por este gran jardín, Buenos Aires, y me decís que la sensibilidad es para crear y nos reímos del tránsito, de los finales felices, entre tanto, de lo insondable (que a todos llama la atención).
Y así, en el pastizal de aquel parque vimos correr a un niño que algo de los dos tenía... La seguridad de la negación.

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