¿Que la felicidad se encuentra en la búsqueda?; dejé todo lo conocido de lado y fui hasta la frontera, levanté la ceja, tuve miedo y sed.
Las horas del día interminable me dejaban entrever, como en una película de alguien que extraña lo que dejó, a mis hermanos. Y de a poco, yendo a los lugares que me pintaba fui olvidando los signos de pregunta que me estudiaban, involucrandome, si se quiere, en el terreno sagrado de la duda.
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