Diario de viaje vi
Conocí el sur poblado de nieve y azules, en un invierno imperantre que pierde vigor en procura de los veranos. La ciudad me tiene como turista y pretende dejar mis ojos agotados de TANTO, mi anatomía desprende palabras que a mis manos, estos dedos, se les escapa la mitad.
Es un ir dejándolo todo
callar con precaución
vivir del silencio
y que parezca
la abstracción
un estado a donde es lo que no es
La costa me recuerda a pasar la lengua por mi boca seca y sentir el salitre despegarse de los cortes de mis labios.
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