domingo, 23 de mayo de 2010


Noctura, tan blanca, tan hermosa, te miro y así estoy horas. Dejo que me muerdas y que juegues conmigo. En puridad sos lo más cercano a la inocencia. Pero golpeas la puerta, te quieres ir. Saltar por los techos, treparte a la copa más alta y desde ahí mirarme queriendome decir algo que no voy a comprender.
Tan de esta casa temo irme contigo y enfrentar la bravura; pero eso eliges.
Noctura, blanca y hermosa.

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durmieron