En el desvelo me estalla el día,
sin reconocerme en sus ojos ni en su boca.
El desvelo me condena a mirar amaneceres
y tampoco es como se aconseja:
desde los techos.
En el desvelo
escribí mis mejores poemas,
mientras se duerma por las noches,
voy a sentirme inagotable.
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durmieron